sábado, enero 17, 2009

Los niños tontos.

El niño se sentó en el quicio de la puerta, con la cara entre las manos y los codos en las rodillas. ‘Él volverá’, pensó. Porque no podía ser que allí estuviesen las canicas, el camión y la pistola de hojalata, y el reloj aquel que ya no andaba, y el amigo no viniese a buscarlos”.

El niño al que se le murió el amigo, Ana María Matute
.

El ser humano es maravilloso.

Hace un tiempo caminaba yo por la calle y atravesé un parque de Cartagena. Allí había unos columpios y unos niños jugando. Entonces me llamó la atención una niña, de unos seis años, que parecía preocupada. En ese momento, otro niño, de unos cuatro años, se cruzó con ella. La niña fue muy enfadada a él y le dijo: “que sea la última vez, que vuelves a alejarte del parque sin decírmelo antes”. El hermano, cabizbajo y arrepentido, prometía no volver a hacerlo.

Ahí me di cuenta de que el ser humano es maravilloso. Esa niña, a pesar de tener seis años, y a pesar de que sus padres andaban cerca, había estado preocupada por su hermano menor. Quizás en el futuro sus caminos se separarán. Seguramente cuando pasen unos días, ya no se acordarán de ese suceso.

Esa capacidad de preocuparse por los otros es lo que hace maravilloso al ser humano.

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