lunes, junio 20, 2005

Disputa del alma y el cuerpo

al cuerpo dixo ell alma: de ti lieuo ma[la] fama,
tot siempret' maldizre, ca por ti penare,”

MENTE: La noche, mi momento del día favorito. En ella puedo navegar, dejarme llevar, utilizar todo mi potencial sin que ese pesado del cuerpo se interponga. Pero que a gusto estoy sin las limitaciones de algo terrenal. Morir, dormir, tal vez soñar...

CUERPO: La noche, mi momento del día favorito. Puedo descansar, sin necesidad de moverme, sin que esa pesada de la mente me esté dando órdenes todo el día. Pero que a gusto se está sin tener que ir de aquí para allá. Sólo respirando y descansando. ¡Ah, el descanso...!

MENTE: Por fin se me da tregua para ser lo que quiera. Esta noche haré creer a mi dueña que estamos en las montañas de Sudamérica, perseguidos por una tribu de indígenas caníbales. Espero que entienda que las montañas significan las dificultades con las que se va a encontrar en los días próximos; que los caníbales se refieren a los aspectos más duros de la vida, y que la huída fácil simboliza una salida fácil a esos problemas.

CUERPO: ¿Qué hago yo corriendo por las montañas de Sudamérica? ¡Si nunca he estado en Sudamérica! Vaya, me persiguen. Ahora recuerdo. Vine aquí la semana pasada, y estuve en una excavación... no, era una especie de investigación de la flora... vaya, debí de meterme con quien no debía, porque me persiguen unos...¡serán salvajes! A correr toca... y yo que quería descansar.

MENTE: Que sueño más poético me está quedando. Creo que pondré unas violetas azules a un lado del camino, a ver cómo reacciona mi dueña dentro del sueño... lo que yo creía, coge una.

CUERPO: Arf... arf... con estos salvajes detrás mía... arf... arf... no hay quien escape. Si pudiera encontrar... ¿qué es eso? ¿Unas violetas azules? Cogeré una. Seguro que son importantes. ¿Por qué iban a estar al lado del camino si no lo fueran?

MENTE: Pero qué predecible es mi dueña... Esto empieza a ser aburrido. Le daré un giro a esto. ¿A dónde podría llevármela ahora?

CUERPO: Pero... ¿Qué hago yo en un aeropuerto, vestido como si saliera de una película de Humphrey Bogart? Supongo que escapé de los salvajes, y he logrado traer la flor azul a mi contacto. Ya sabía yo que iba a ser importante. La apretaré fuerte, no se me vaya a perder.

MENTE: Esto es lo que yo llamo un cambio radical. Pero qué bien me lo estoy pasando. Un aeropuerto, no sé cómo no se me había ocurrido antes. El volar, simboliza el escapar de la realidad, y el hecho de estar en un aeropuerto, simboliza una próxima madurez en la vida de la persona... Espero que mi dueña sepa interpretar esto. Ahora el toque final.

CUERPO: Tengo que esperar. Pronto llegará un hombre con chaqueta roja, y a él le daré la flor... Ahí está.

MENTE: Pero... ¿Qué es esto? ¿Un hombre con chaqueta roja? ¡Eso no lo he puesto yo ahí! Seguro que el Cuerpo ya está interfiriendo en mis asuntos. Voy a despertar.

CUERPO: Se acerca... Ya casi ha llegado... Estira la mano... Estoy a punto de darle la violeta azul... ¿¡Qué es esto!? ¡Mi contacto ha desaparecido! ¿Dónde estoy ahora? Parece que estoy acostado...

MENTE: Relájate, Cuerpo, acabamos de despertarnos. Todo ha sido un sueño.

CUERPO: ¿¡Quién te manda a ti despertarme!? Estaba a punto de darle la violeta azul al hombre, ya casi lo tenía...

MENTE: Te he despertado porque un sueño que llega hasta el final, es frustrante. Es mejor despertar antes de que acabe.

CUERPO: ¿Y a ti quién te ha enseñado eso? Que es mejor despertarse... ¡Siempre dices lo mismo! Al menos aún tengo la violeta azul agarrada en la mano... ¿Qué? ¿a dónde ha ido?

MENTE: Se ha quedado dentro del sueño, donde debe estar. No puedes sacar nada de los sueños, son las reglas.

CUERPO: Me gustaría saber a mí quién hizo esas reglas. Seguro que no era ningún cuerpo. Siempre me despierto dolorido, y me duele la mano de apretar la dichosa flor.

MENTE: (ríe por lo bajo)

CUERPO: Así que te divierte, muy bonito. Siempre me engañas. Soy yo el más fuerte de los dos. Sin mí, tú no serías nada.

MENTE: Y sin mí, tú estarías perdido.

CUERPO: Me gustaría ver eso. Prepotente...

MENTE: ¿Qué me has llamado?

CUERPO: ¡Sabelotodo!

MENTE: Quien se pica, ajos come.

CUERPO: ...

MENTE: Y ahora se calla... ¡Todas las noches la misma discusión! Que si me has despertado, que si hoy una pesadilla, que si amanezco dolorido... Si no fueras tan ingenuo, no te lo creerías todo, y no tendríamos mayores problemas a la hora de aceptar los sueños.

CUERPO: Estoy cansado. ¿Te importaría dejarme dormir un rato más? Como tu te pasas todo el día sin hacer nada...

MENTE: Que equivocado estás. Pero, ¿sabes? En lo de dormir un rato más estoy de acuerdo. Me duele la cabeza. Esto de crear sueños distintos cada noche, es agotador. Pero qué a gusto se está sin tener que pensar en nada... Creo que me dejaré de sueños durante un rato, intentaré quedarme en blanco...

CUERPO: En realidad te encanta tomarme el pelo. Bufff... pero que a gusto estoy en esta postura. Así, descansando... sin correr delante de ningún salvaje... sólo pensar en descansar, y dormir... tal vez soñar.

domingo, junio 19, 2005

La luz es como el agua.

La noche del miércoles, como todos los miércoles, los padres se fueron al cine. Los niños, dueños y señores de la casa, cerraron puertas y ventanas, y rompieron la bombilla encendida de una lámpara de la sala. Un chorro de luz dorada y fresca como el agua empezó a salir de la bombilla rota, y lo dejaron correr hasta que el nivel llego a cuatro palmos. Entonces cortaron la corriente, sacaron el bote, y navegaron a placer por entre las islas de la casa.”

“Cierra los ojos. Ahora presta atención. Escucha los sonidos que flotan por la habitación. Ahora quiero que imagines que estás en una sala. Una sala de cine. Eres el único espectador. Es uno de esos enormes cines antiguos. Miras a tu alrededor y ves una gran sala vacía. Te das cuenta de que las paredes de la sala están pintadas de negro. Los asientos, tapizados de negro. La sala está completamente a oscuras, y sólo puedes ver una cosa: la pantalla blanca. Aparecen unas letras en la pantalla. Son gruesas y negras pero están desenfocadas, así que empiezas a acercarte hacia ellas intentando leerlas. Ahora estás muy a gusto. Es tu sillón preferido. Te acercas cada vez más mirando las letras. Estás relajado, tus piernas están relajadas. Sientes que tus brazos pesan más. Estás tan cerca que casi puedes leer las letras. Empiezan a enfocarse. Forman la palabras “dormir”. Duerme.”

(Imaginación es no poder resistirse a estar por un momento en ese cine.)

Este texto, sacado de una película, describe con ejemplos, qué es la imaginación. ¿Cuántos de vosotros no os habéis imaginado en ese cine antiguo? Y es que la imaginación es muy poderosa. Dicen que si un niño coge la costumbre de leer, adquiere la facultad de tener una gran imaginación. Supongo que es así, porque todas las personas que tienen trabajos creativos, suelen ser grandes lectores.

En mi caso, según dicen, tengo mucha imaginación. Eso se ve sobre todo en mis sueños. Y es que yo sueño en 35 mm. Mis sueños tienen distinta fotografía entre ellos, banda sonora propia, distintos tipos de planos durante el transcurso de cada uno, y todo lo que puede tener una película normal y corriente. No sé si es debido a mi imaginación, o a mi obsesión por el cine, que también puede ser, porque además de todas estas cosas, suelen aparecer actores y directores famosos. Sin ir más lejos, la otra noche soñé con una especie de polígono industrial en el que vivían muchas personalidades del mundo del cine, pero sólo recuerdo a Harrison Ford y a Gary Oldman (supongo que sólo les recuerdo a ellos porque sabía que a la noche siguiente iban a dar en televisión “Air Force One”). Anoche soñé que veía una película, con su argumento completo e incluso títulos de crédito al acabar.

(Imaginación es no poder controlar los sueños que se tienen estando despierto.)

Y es que el cine, también refuerza la imaginación, según mi parecer. Estoy de acuerdo en que con un libro tienes que usar más la imaginación, porque el escritor te da las imágenes, y tienes que recrearlas por ti mismo; y al llevarlo al cine, tienes que tener cuidado, porque lo que tú hayas imaginado, puede que no sea igual que lo que hayan imaginado el resto de personas que han leído lo mismo (nota dedicada a Peter Jackson: la torre del Abismo de Helm, está al otro lado; los puertos grises son más majestuosos; y por cierto, Sombragris se llama así por un motivo muy concreto). Pero, ¿quién dice que en el cine no haga falta utilizar también la imaginación?

Pondré un ejemplo muy concreto: Star Wars, Episodio III, La venganza de los Sith (sí, al final yo también he picado en hablar de esta película). ¿Quién, que haya visto la trilogía original, no se ha imaginado cómo sería el paso al lado oscuro de Vader? ¿O la caída de los Jedis? ¿O la separación de los gemelos? Pues por mucho que yo me haya imaginado, nunca alcancé a lo que Lucas tenía pensado. La orden 66 es... impresionante, y el final...

(Imaginación es luchar con espada láser con cualquier cosa que se parezca remotamente a una espada láser original.)

Y es que cómo me gusta la idea de una película en la que todos los espectadores saben que los buenos no pueden ganar al final. Deberían aprender algunos directores, que a veces no importa tanto lo que pase, como la forma de contarlo. A veces los espectadores no queremos sorpresa final, ni preguntarnos qué pasará a continuación, sino ver cómo nos cuentan lo que ya sabemos que va a pasar.

Otro ejemplo: Moulin Rouge, la única película que te cuentan lo que va a pasar tres minutos antes de que pase, y no importa en absoluto. Para los que hayan visto la película y no recuerden a qué me refiero: “Mañana ensayaremos la escena de... ¡Los amantes son descubiertos!”. Y para los muy, muy despistados, que vean de nuevo el número musical de “Spectacular, spectacular” que aparece casi al principio de la película.

(Imaginación es saber cómo va a continuar una historia que el autor dejó a medias.)

Lo cual hace que me pregunte: ¿Por qué me cabreó tanto las dos últimas partes de El señor de los anillos, y me gustó tanto La venganza de los Sith o Harry Potter y el prisionero de Azkaban o Chocolat? ¿Tendrá que ver algo la imaginación con esto?

Fuera del cine, estoy enganchada a la saga del Final Fantasy, el VIII, por ahora. Es un videojuego con su historia, sus batallas, sus juegos de cartas... ¡Pero los personajes son reales! Al menos para mí. Ya he comentado por ahí que los personajes para mí son tan reales como yo misma. ¿Quién me dice que en un mundo paralelo no van por ahí Squall, Rinoa, Quistis y sus Guardian Force intentando liberar al mundo de la amenaza que producen las brujas? ¿Quién me dice a mí que en Inglaterra no pueda haber un castillo dedicado al estudio de la magia? ¿Quién me dice a mí que hace mucho tiempo en una galaxia muy, muy lejana no ocurriera lo que Lucas dice que ocurrió?

(Imaginación es saber que hay una pequeña posibilidad de que lo que ocurre en esas historias, puede haber sido real.)

Y para finalizar, he buscado en el diccionario de la RAE lo que significa “imaginación” y he encontrado lo siguiente: “Facultad del alma que representa las imágenes de las cosas reales o ideales”.

Pero los que me rodean, también me lo han definido:

“En mi imaginación cabe cualquier posibilidad.” (Sonia)

“La imaginación es eso que hace que me lo pase tan bien leyendo, y tan mal en una noche de tormenta a solas.” (Isa)

“La imaginación es lo contrario al estreñimiento mental.” (Eugenio)

Y para mí, “la imaginación es ingobernable.”

domingo, junio 05, 2005

La incógnita

Querido Equis: Allá va mi primera carta. La empiezo recordándote la condición sine qua non de mi compromiso epistolar, a saber: que esto no ha de leerlo nadie más que tú. Sólo con la seguridad de que humanos ojos, fuera de los tuyos de ratón, no han de ver el contenido de estas cartas, puedo ser, como me propongo, absolutamente sincero al escribirlas. A cambio de la solemne promesa de tu discreción, nada te ocultaré, ni aun aquello que recelamos confiar verbalmente al amigo más íntimo. “

Voy por la calle, tan tranquila, y de un coche con la música más alta de lo que debería a las 4:15 de la tarde, salen las siguientes palabras:

“Tu mirada con la mía rasasiándose
Tu piel rozando con mi piel y sofocándose
Y en la noche me imagino devorándote
Atrapándote, provocándote...”

Y más tarde...

“Baila morena, Baila morena
meneo pá lo’ nene’, meneo pá la’ nena’ “

Vaya. Para mi sorpresa entiendo todas las palabras de la canción, excepto “rasasiándose”. Y es que la última vez que busqué en el diccionario el verbo “rasasiarse”, no estaba.

Pero mi vena filóloga me dice: “vale que sea la canción del verano, pero esto tiene que tener algún sentido”. ¡Ingenua de mi! Así que cuando llego a casa, vuelvo a buscar el verbo, para ver si es un neologismo y nadie me ha informado. Enciendo Internet, y busco en el diccionario de la RAE: “AVISO. La palabra ‘rasasiar’ no está en el diccionario”.

¿Veis? Lo que yo pensaba. Igual me he equivocado de verbo. Poco después no me extrañé de que tampoco estuvieran las palabras “rasasiarse”, “rasasir”, “rasasirse” e incluso busqué “rasacir” y “rasaciar” por ver si era cosa del acento. Nada.

Como mi hermana entiende más de canciones del verano que yo, le pregunté. Ella me dio la clave. “Dice ‘Tu mirada con la mía trasasiándose’”.

Sigo buscando, y tampoco existen las variantes “trasasiar”, “trasasisar” o “trasacisarse”. Nada.

Bueno, buscaré en Google, el oráculo de Internet al que todos acudimos cuando queremos encontrar lo inhallable. Pero ni Google sabía encontrar esto, y me respondió lo que todos tememos que nos responda cuando pulsamos el botón de “Búsqueda”, y es que: “Su búsqueda - "tu mirada con la mía trasasiandose" - no produjo ningún documento”. Vaya, voy a tener que ser más suspicaz.

Al fin se me ocurrió la solución definitiva. Quitar la dichosa palabrita, y buscar sólo “Tu mirada con la mía”. ¡Bingo!

Resultados 1 - 10 de aproximadamente 353 de "tu mirada con la mía". (0,36 segundos)

Doy a la primera entrada, y me aparece la letra de la canción entera. Pero no sale “trasasiándose”, sino lo siguiente:

“Héctor y Tito!
Looney Tunes y Noriega!
Con más flow!
Ya tu mirada con la mía están saciándose
Tu piel rozando con mi piel y sofocándose
Y en la noche me imagino devorándote
Atrapándote, provocándote...

Baila morena, baila morena
Perreo pa los nenes, perreo pa las nenas
Baila morena, baila morena
Dale morena, vamonos a fuegote”

¡Ahora sí que tiene sentido! Salvo por el hecho de que ahora me quedan más dudas que antes, como por ejemplo, ¿de qué se sacian esas miradas? ¿No será que una mirada se sacia de la otra, y el plural está mal puesto? ¿Por qué Héctor y Tito son Looney Tunes y Noriega? ¿Qué significa “con más flow”? ¿Qué es eso de “Perreo”? ¿A qué le tiene que dar la señorita Morena? ¿Dónde está Fuegote?

Pero sabiendo que he perdido unos veinte minutos en descubrir qué es “rasasiándose”, y que la búsqueda de estas incógnitas me podría llevar toda la noche, preferí hacer lo que hacen el 88% de los españoles* con las canciones del verano: Fingir que entiendo lo que dicen.

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*Nota informativa: El 3% se molesta en buscar las letras en Internet, El 7% se siente orgulloso de contar a cualquiera que quiera oírle que no le importan las canciones del verano, y el 2% escribimos post revelando que no nos enteramos de nada. (Encuesta realizada por la Academia Literaria de Argamasilla, lugar de La Mancha).