sábado, octubre 30, 2004

Las mil y una noches

Y díjose el rey para sí mismo: "¡Por Alá, no la mataré hasta que conozca completamente el final de esta interesante historia!"

Si creía que mis noches de verano eran como mínimo interesantes, ahora sé que mis noches de invierno son aún más ajetreadas:

- Laura… Laura…

Abro los ojos, y veo a Marisa de pie ante mi cama mirándome.

-¿Me ayudas a pasar la cama? Tengo miedo.

Y yo que creía que Marisa era más valiente que yo.

Os explico. Después de la respiración en su habitación, que resultó ser de mi hermana Sonia, y no de Darth Vader como empezaba a temer Marisa; acostumbramos a dormir las tres juntas en la habitación grande de vez en cuando, así que, al quedarse sola viendo la tele por la noche le entró miedo…

- …porque al pasar de canal ha salido el anuncio de la nueva peli del exorcista. Mira que son cabrones los de Antena 3…

…y tiene razón. A partir de cierta hora, no paran de poner ese anuncio para acojonar. Aún así…

-…he estado una hora viendo la tele, para ver si se me pasaba, hasta he visto Sexo en Nueva York, pero nada, que estoy acojoná.

Tratando de despertarme y levantarme para cambiar la cama de sitio, le pregunto la hora. Las dos y media. Miro a Sonia y está profundamente dormida. Mejopr. Lo raro es que durante todo el tiempo que tardamos en pasar la cama, casi por encima de ella… ni se inmutó.

En el proceso, Marisa me estaba contando que los hobbits han existido de vedad. Por lo visto han descubierto que han existido unos seres de un metro de altura y peludos. Les llaman los hobbits, así que supongo que cerca de los huesos han encontrado rastros e alguna pinta… o una pipa con tabaco de la comarca, si no, no sé como sabe que son hobbits. A saber.

Marisa acostada a mi izquierda, Sonia a mi derecha, y yo… dormida.

Me despierto, me levanto, me acusto, y escucho que Sonia está hablando. Agudizo el oído… jejeje… a ver si me entero de qué está soñando.

-¿Y cómo sabe él que nosotras ksljdfiwhenc?.dice después.

A mí se me ocurren tres preguntas en ese momento:

1- ¿Quién es él?
2- ¿Qué es lo que sabe?
3- ¿Cómo sabe lo que sabe?

Pero Sonia queda muda. Vaya. Con lo que habla ella durante el día, y va y se calla ahora.

Ala, a seguir durmiendo.

Esa noche fue relativamente normal. La noche anterior o la anterior a esa, me acojoné yo.

Estoy teniendo una pesadilla. Algo sobre una muerta en mi salón, a la que tengo que analizar de algún modo. La culpa es de Stephen King, seguro, pero por ahora le perdono porque me he despertado. Me siento en la cama, empiezo a beber agua y…

-¡Ha pasado algo!- dice Sonia detrás de mí.

¿Qué ha pasado algo? ¡Claro que ha pasado algo! ¿No has oído mi corazón detenerse cuando me has gritado? ¡Estoy sufriendo un infarto! Trato de marcarme un putno, sonando relajada, pero en realidad me estoy felicitando por no haber gritado.

-No ha pasado nada- le digo

-Sí, ha pasado algo, lo he notado.

“Mira, niña, o te callas, o te callo”. Pienso para mis adentros. “¡Esas cosas no se dicen a las cuatro de la mañana después de haber tenido una pesadilla!”

-No ha pasado nada- le repito más para mí que para ella.

Y va Sonia… ¡y se duerme! ¿pero como puede alguien dormir cuando ha estado a punto de matar a otro alguien de un susto? Esta hermana mía un día de estos acaba conmigo.

O yo con ella, porque otra noche, volvía yo de la cocina a eso de las tres de la mañana, cuando me di un golpe con la cama. Sí, ríanse, pero no es nada fácil orientarse en una habitación con tres camas y dos compañeras que te pegan sobresaltos por la noche.

Y allí estaba yo, frotándome la pierna y aguantándome las ganas de maldecir la cama en voz alta, cuando escucho:

-¡Tata! ¿Tú quieres matarme de un infarto?

- ¡Infarto el mío, que soy la que se ha dado el golpe!

-¿Golpe… que golpe?

-¡El que me he dado con la cama! ¿Tú qué crees que has escuchado?

-Pensaba que habías cerrado la ventana a mala leche.

Ya le vale. Aunque eso da igual… a los dos minutos está dormida, como siempre.

Pero independientemente de estos altercados, en el fondo me quieren, y no quieren matarme de un susto. Esta mañana sin ir más lejos. Me levanto, estoy en el salón desayunando, y llega Sonia en pijama a decirme que me vuelva a la cama. Yo me quedo pensando en si es sonámbula y no sabe lo que dice, pero antes de que pueda ponerme a analizarle las múltiples desventajas de volverse a la cama cuando ya son las once y media de la mañana, me dice…

-No, si Isa yo estamos despiertas, hablando en la cama, y faltas tú.

¡Acabáramos! ¡Hacedme sitio, que voy! Con lo divertidas que son ellas dos recién despiertas…

No hay comentarios: