domingo, mayo 08, 2005

Reflexiones de un pequeño filósofo

"¿De qué color es la palabra rojo?"

Dirigiéndose mis pies por estos caminos de Murcia, y haciendo camino al andar, y pensando a dónde me llevarán mis pasos, decidí dejar de ponerme literaria, y ponerme filóloga, que también se da el caso de vez en cuando.

La reflexión fue sobre el verbo más utilizado en español, y también el menos comprendido por los españoles: el verbo haber. Porque díganme… ¿qué significa exactamente el verbo haber? Porque de acuerdo, antes significaba “tener” (“¡Habemus papam!”); y también ha significado “existir” (“yo he”); pero en la actualidad… ¿qué significa exactamente el verbo haber?

Veamos un par de ejemplo. “Hay cinco naranjas en un cesto”. Ahí haber significa “haber”, propiamente dicho. Pero veamos otro ejemplo: “Hay que comprar naranjas para la comida”. Ahí significa obligatoriedad, y comparte significado con “Tener” (“Tenemos que comprar naranjas para la comida”). Y ya sé que nuestra lengua es redundante, pero no me convence la obligatoriedad para el verbo haber.

En las formas compuestas es más complejo. “Yo he comprado” ¿qué significa ese “he” salvo ser partícula de tiempo? ¿Yo tengo comprado? ¿Yo existo comprado? ¿Yo tengo que comprado? Es un misterio.

Pero entonces… ¿por qué todos utilizamos tan impunemente el verbo haber si ni siquiera sabemos lo que significa exactamente, y en muchos casos, la gente ni siquiera sabe cómo se escribe? Porque, permítanme que les diga una cosa, amigos murcianos (si es que alguno me lee): No se dice HAIGA, se dice HAYA. Sí, apúntenlo bien, con H y con Y. Y escúchenme bien, amigos españoles (si es que alguno me lee): No se dice “HABER si quedamos”, se dice “A VER si quedamos”, que viene del verbo VER, no del verbo HABER. No queramos convertir el verbo haber en un cajón de sastre, como cuando alguien escribe “te HECHO de menos”, que no es así, que es “te ECHO de menos”, que viene de la forma “echar de menos”, y no de “hacer de menos”, que si viniera de “hacer de menos,” sería “te HAGO de menos”, a ver si vamos entendiendo esos maravillosos participios que la lengua española nos ha dado. Que la forma HAY del verbo haber, se escribe así, HAY (tercera persona del singular), y no AHÍ (que indica un lugar), o AY (que es lo que grita alguien cuando se pilla un dedo con la puerta).

Y no creo que sea un problema de ortografía, creo que es más bien un problema de no plantearse los significados de las palabras que utilizamos cada día. Deberíamos reflexionar más sobre estas cuestiones, porque es que no puede ser. Tú les explicas a un niño de 4º de la ESO (y lo digo por experiencia), lo que es una metáfora, y no lo entiende, pero después escucha en el telediario que sobre Madrid se extiende un manto de nieve, y no cae en que eso mismo es una metáfora; les explicas qué es una personificación, y no lo entienden, pero después se ponen con sus hermanos pequeños a ver Toy Story; les explico lo que es un eufemismo, y no terminan de entenderlo, pero después ven normal que una mujer dé a luz, o que alguien pase a la otra vida; y por último, les explico qué es una metonimia, y tampoco lo entienden, pero después len un post como el que estoy escribiendo, y ven normal que mis pies se dirijan por estos caminos de murcia.

Y después dirán que reflexionar es malo. Hace un par de años, un guionista español (no recuerdo su nombre, pero sí que dio una conferencia en Murcia), decía que pensar no puede traer nada bueno, que él sólo ha pensado una vez en su vida, y se dio un golpe contra el suelo. La cosa es esta: parece ser que en Mallorca hay un gran tráfico de bicicletas, tú alquilas una, y te la llevas, la dejas en cualquier parte, te metes a un bar para tomar algo, y si a la salida no está la tuya, coges la primera que pillas. Él quiso meterse dentro de este círculo y alquiló una bicicleta. De modo que iba por la noche con su bicicleta, y por casualidad miró al cielo y vio que estaba estrellado. Empezó a reflexionar sobre la inmensidad del universo, la insignificancia del hombre, y otros temas a tratar, y se cayó de la bicicleta. Según él, desde entonces nunca ha intentado volver a pensar por considerarlo perjudicial para la salud. No pido que lleguemos a esos extremos, pero hacerlo en pequeñas dosis, no puede ser malo.

Y un último apunte antes de desconectar mi chip filólogo: si un verbo en infinitivo se escribe con LL, todas sus formas, se escribirán con LL; y si un verbo en infinitivo no tiene LL, sus formas que tengan este sonido, se escribirán con Y. Así, podréis observar que no he escrito “se calló”, sino “se cayó”.

Y lo que ha empezado a ser un post de reflexiones sobre ese mágico verbo que es el “HABER”, ha acabado siendo una pesada charla sobre ortografía. Lo siento, y gracias a los que hayan llegado hasta aquí.

4 comentarios:

Eugenio dijo...

Uy, uy, uy, que miedo ser alumno tuyo cuando vayas a dar clases...

Sobre el "te hecho de menos" o "te echo de menos"... Igual es una forma sutil de alguien de decir (escribir) algo sin necesidad de ser más claro... También puede ser por un despiste o porque, simplemente, nadie le ha enseñado como funciona esto de la ortografía...

Habiendo tenido (jejejeje) el mismo profesor de Lengua y Literatura que una de mis hermanas (concretamente Marta) con cinco años de diferencia, él mismo reconocía que en Literatura había tenido que bajar mucho el nivel (por poner un ejemplo, mi hermana para hacer un trabajo decente de un libro para ese profesor tenía que leerlo, por lo menos, tres veces y yo con una iba sobrado), pero que se negaba a bajar el nivel en Lengua... Ainss, mira que aprendí cosas con ese profesor... (Al que, por cierto, también le gustaba Stephen King y siempre ponía 3 o 4 novelas suyas en las lecturas voluntarias...).
Recuerdo otra anécdota...
Ehmm, si eso otro día...
Resumiendo, que miedo me daría tenerte como profesora...

XD

Laura dijo...

Caray, todo el mundo me tiene miedo como profesora. Empiezo a preguntarme si hay una razón.

Bueno, con respecto a tu profesor, veo bien que no bajase el nivel de lengua. Que se empieza bajando un poco, y al final se escriben burradas.

Y ahora que lo pienso yo no bajaría el nivel en literatura. Que para eso van los chicos a clase, para estudiar, no para que les den las cosas hechas.

Vale, empiezo a pensar que sí que hay una razón para dar miedo como profesora.

0:-)

Eugenio dijo...

Si yo te contara o contase la cantidad de burradas que se escriben...

Lo del nivel de literatura, bueno, a mí no me han gustado muchos libros que me obligaban a leer para clase y al leerlos en verano ya los veía de otra forma. Pero es que la juventud actual no lee...

Así que tendrás (como están haciendo todos) que rebajar tus "exigencias" hasta niveles aceptables para todo el mundo...

Como dijo el otro: ¡¡Viva la LOGSE!!

Anónimo dijo...

ai qe Ber "lo que" uno aprende,
gracias